Welcome to America! (+1)

Todo es como me lo imaginaba: los envases enormes de zumo o leche, las típicas ventanas que se abren hacia arriba, McDonald's por todos lados, ...
Por fin llegué ya ayer al que va a ser mi nuevo hogar por 10 meses.
No habiendo dormido más de 2 horas, me desperté el martes 23 a las 4 y cuarto de la mañana. No teníamos mucho tiempo, por lo que, con las maletas ya echas (aunque terminadas un par de horas antes), nos preparamos mi familia y yo para ir al aeropuerto de Sevilla. La despedida estaba cada vez más cerca, pero sin pensar en eso empezamos a darnos prisa y a salir.
Llegamos y todo seguía normal. Bueno, lo más normal que puede ser la situación. Facturamos la maleta, que a diferencia de lo que pensaba me la enviaron a Chicago en vez de a mi destino final: Fayetteville. Allí tendríamos que refacturarla. Pero bueno, no nos adelantemos.
El vuelo a Madrid, con salida a las 6:55 de la mañana, se hizo muy rápido. Creo que ha sido el avión más pequeño en el que me he montado: solo dos asientos a cada lado del pasillo y, por supuesto, apretujados hasta más no poder. No pasaron más de 45 minutos (el tiempo de leerme las revistas que había en mi asiento) cuando ya anunciaron que estábamos a punto de llegar. Aterrizamos en la última puerta de Barajas, por lo que tuve que recorrerme toda la terminal en busca del tren que me llevaría a la terminal 4S, desde donde salía nuestro segundo vuelo, esta vez dirección Chicago. Por el camino me encontré a las dos primeras chicas que vi en el viaje, dos navarras que me acompañaron hasta el punto de encuentro. Total, que cogimos el tren, pasamos los controles y, luego de dar varias vueltas y perdernos un poco, llegamos al Burguer King (desde el primer momento acostumbrándonos a América), donde ya nos esperaban algunos otros becados.
Esperamos y esperamos, y paulatinamente iban apareciendo más Amanciers, hasta que llegó María, una de las monitoras que nos acompañaría hasta Chicago. Estando ya todos, nos pusimos rumbo a la puerta de embarque, eso sí, sin olvidar la pechá de controles que pasamos.
10 horas de vuelo estaban ante nuestros ojos. Este avión sí era más grande, e incluso me encontré con una amiga mía de casualidad que también viajaba al mismo sitio. El tiempo pasó entre fotos, charlas, comida, siestas, películas y series.
Anécdota: Nos llevamos un chasco cuando vimos 
que el WI-FI era de pago. Mal hecho Iberia :(
Y al fin llegamos a Chicago: banderas estadounidenses por todos lados, que no se nos olvide que estamos en USA. Nos bajamos del avión rápidamente (había gente que tenía muy poco tiempo de escala) y empezamos a caminar hasta llegar a los controles (otra vez). Lo que hicimos después puede intuirse: los pasamos todos, recogimos las maletas, pasamos aduanas y refacturamos lo que nos hacía falta.
Dato: Tengas o no que refacturar, parece ser que todo el mundo debe
recoger sus maletas en las cintas del aeropuerto, 
así que no te olvides de ellas!
Nos acabaremos aficionando a coger los trenes de aeropuerto, porque tuvimos que tomar otro aquí que nos dejara en la terminal 3, de donde salíamos todos. A partir de aquí y después de pasar el control número 359 (perdí la cuenta hace mucho), nos quedamos solos, sin monitores que nos acompañaran. Ya íbamos a la aventura.
Uno de mis objetivos en este edificio era comprobar lo que nos habían dicho los becados que ya habían estado aquí: la avanzada tecnología de los váteres americanos. Y efectivamente, pasabas la mano y el plástico que tenía la taza se cambiaba por otro al instante. Esto es América, si señor. 
Además de hacer el tonto en los baños, nos recorrimos gran parte de la terminal dejando a cada uno de los Amanciers en su vuelo, viendo las tiendas que había por el lugar, comprando algo de comida y, en mi caso, cambiando los últimos euros que me quedaban a dólares. Los aviones iban saliendo y cada vez éramos menos, además de que nos teníamos que separar en zonas según dónde estaba tu puerta. A las 6 de la tarde me despedí yo, y cogí el último de los transportes que debía. Era un avión también pequeño pero no tan compacto, por lo que había bastante más espacio donde acomodarse. Prácticamente viajaba yo solo, pero se me hizo rápido aún así.
Finalmente, llegué a las 8 y cuarto al aeropuerto de Northwest Arkansas (totalmente fantasmagórico de la poca gente, o ninguna, que había), donde me esperaban mi hmum y mi hbrother. El encuentro fue muy emocionante, y el chico no paraba de saltar de alegría al verme. You made it!!!!, me repetía mi hmum.
Lo único que quedaba era recoger mi maleta (que llegó sana y salva a pesar de todo el ajetreo) y conducir hasta la casa, que estaba a una media hora del lugar. Me impresionó lo húmedo que es el clima, comparado con la sequedad de Sevilla. Como no, no podíamos parar a cenar en otro lugar que no fuera el McDonald's hahahaha.
Anécdota: Cada vez que pienses que has hecho algo patético, acuérdate de esto. 
Estaba sacando las maletas del coche, cuando dejé un momento la 
grande en un lado. Los americanos suelen dejar el vehículo
 en una rampita enfrente del garaje, pues imagina lo que pasó... 
Momentos después estaba corriendo detrás de mi 
equipaje, que se dirigía a toda velocidad hacia el
 coche del vecino. Qué vergüenza por dios :S. 
Después de este episodio, entramos a la casa, cenamos e intenté tranquilizarme. Para romper un poco el hielo, decidí que era el momento oportuno para darles los regalos que había traído, y buena idea que fue. Les gustaron mucho, y me alegro un montón. No quedaba más que dar las buenas noches y dormir después del viajazo que me había pegado.

Ya es el día siguiente, y estoy solo en casa. Me han dejado que descanse hoy y aproveche para instalarme y deshacer las maletas, porque mañana ya voy al instituto. Que emoción! No puedo esperar para encontrarme con todo aquello!!
Abajo te dejo una galería de algunas de las fotos del viaje. 
Hasta la próxima!!!!
Terminando, un amante de lo desconocido.

En Madrid!
Avión a Chicago (1)

Avión a Chicago (2)
Como iba a faltar














Llegamos!
Welcome




In love with Chicago
Increíble
Selfie!!

Con Cami!!













Yendo para el tren







Hasta el aeropuerto es bonito














If you are brave to say good bye, life will reward you with a new hello
- Paulo Coelho

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